martes, 10 de junio de 2014

Rebelión contra el Mundial de fútbol en Brasil




Desde hace semanas, diferentes movimientos sociales brasileños están protestando contra la celebración del Mundial de fútbol en su país y el derroche de dinero público en beneficio privado que estos eventos suponen, como ya contamos aquí muchas veces. Enlazando con otras luchas sociales y sindicales, se vienen repitiendo acciones como esta:

Una concentración contra el Mundial integrada por unos 200 profesores y funcionarios bloqueó este lunes la salida del autobús que debía llevar a los futbolistas de la selección brasileña al campo de entrenamiento de Teresópolis.

“¡No habrá Copa del Mundo! ¡Un profesor vale más que Neymar!", gritaban los docentes, que están en huelga desde el 12 de mayo.

Los descontentos se quejaban de los gastos enormes que supone la organización del torneo y reivindicaban más inversiones en salud y educación. Los profesores reclamaron un aumento del 20% de salario para todos los trabajadores de la educación municipal y estatal, la igualdad laboral y la reducción de la carga de trabajo del personal administrativo.

"Hemos venido aquí para mostrar la contradicción de un país que gasta en la Copa, pero presenta varios problemas en la educación, en la infraestructura y las condiciones de trabajo, además del salario base", manifestó la directora del sindicato de maestros, Vera Nepomuceno. "Queremos llamar la atención, pero ellos parecen más preocupados por el Mundial", señaló Nepomuceno.

Las acciones contra el timo futbolístico parecen tener una dimensión mayor que cualquier otra protesta anterior contra el negocio-religión del deporte profesional, tan fomentado por los poderes fácticos, como las protestas contra los Juegos Olímpicos de años anteriores. Esto es especialmente significativo tratándose de Brasil, un país donde el fútbol ha alcanzado una importancia social incluso superior a la de otros lugares, incluyendo los famosos suicidios por perder el Mundial de 1950, organizado también en Brasil, y los delirantes titulares y comentarios de su prensa deportiva en aquel momento:

Los comentaristas deportivos calificaron aquel partido como La peor tragedia de la historia de Brasil”. Al día siguiente un diario tituló Nuestro Hiroshima”. El periodista brasileño Mario Filho, ideólogo del Maracaná, escribió en su columna: “La ciudad cerró sus ventanas, se sumergió en el luto. Era como si cada brasileño hubiera perdido al ser más querido. Peor que eso, como si cada brasileño hubiera perdido el honor y la dignidad. Por eso, muchos juraron aquel 16 de junio no volver nunca más a un estadio de fútbol


Este despertar anti-futbolístico, nada menos que en Brasil, contrasta con el papanatismo de otros lares, que llega a cotas esperpénticas:

El FC Barcelona es mucho más que un club y sería el catalizador de la independencia de Cataluña, según informes que maneja el Gobierno español, informan medios locales.

El Fútbol Club Barcelona es mucho más que un club. También puede ser el catalizador, el definitivo, de la independencia de Cataluña. Según los informes que maneja el Gobierno español, incapaz de frenar la ola secesionista, el equipo de Messi y Piqué sería el arma de propaganda decisiva que podría inclinar la balanza. “En el informe que ya está en el cajón de quien debe tenerlo, se escribe que una posición radical y firme del Barcelona a favor de la consulta, el referéndum y la independencia influiría entre un 30 y un 40 por ciento de los votantes”, explica uno de los expertos de los servicios de información que han colaborado en la elaboración del dosier.


Algunos han querido ver en estas protestas, en principio positivas, la preparación de una “revolución de colores” por parte del Imperio, del mismo tipo que las ejecutadas en Libia, Túnez, Siria o Ucrania, cuyo objetivo sería sumir Brasil en el caos y establecer un gobierno más sumiso a Estados Unidos y alejado del eje económico ruso-chino:

El propio George Soros ha reconocido públicamente que él fue el financiador del golpe de estado en Ucrania que ha llevado a este país al borde de la guerra civil.
¿Qué interés podría tener la élite en derrocar al gobierno de Rousseff?
La razón reside en la próxima creación del Banco Mundial alternativo del bloque BRICS del que Brasil es parte fundamental. Al parecer, se pretende hacer un anuncio en este sentido durante o después del propio Mundial, por lo que estas protestas prefabricadas tratarían de evitar que ello sucediera.

Aquí nos parece poco probable que una protesta contra el Mundial pueda llegar a propiciar un golpe de Estado, aunque en todo caso, saldremos de dudas en los próximos días acerca de esta hipótesis.